jueves, 1 de julio de 2010

Bitácora número dos


Hoy los días pasan raramente primaverales en un julio invierno que solo se siente y se sabe por las fechas que nada tienen que ver con el tiempo.

Hoy estoy exquisitamente desconcentrado y a pesar de los enojos esporádicos y matutinos proporcionados por las pocas ganas que la gente le pone al entendimiento y la razón, me siento tranquilo, calmado y envuelto en silencios risueños y con una leve hinchazón de panza, no por la cerveza, tampoco por no haber ido al baño, debe ser por la cantidad de milanesas que almorcé en la mediatarde. Porque gente como uno almuerza a eso de las 17hs, después de la irresponsabilidad lograda en el trabajo.

Hoy pensaba en cómo piensan los demás y me di cuenta que no puedo pensar como vos, simplemente porque pienso como yo y no puedo salirme de ese lugar, ni siquiera por unos minutos. Cosas del pensamiento supongo. Cosas del yo. El problema es que si pienso como yo, difícilmente logre resolver mis dudas porque las dudas son mías y si yo tengo esas dudas, sería raro que yo tenga las respuestas, puesto que si seguimos esta lógica, si tengo las respuestas a mis dudas, entonces no tengo dudas y la verdad es que sí tengo dudas.

Hoy estoy pensando en eso. En los días, en el frío y en mis dudas. También en vos, a veces pasa.

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